martes, 8 de noviembre de 2016

El "mundo digital" y toda la serie de factores complicados que de él se derivan


La importancia que han cobrado las tecnologías nos han introducido a lo que hoy conocemos como la era digital, si bien durante mucho tiempo se creyó que efectivamente con los distintos avances habría una especie de revolución que nos llevaría a disfrutar de un “mundo mejor” desde hace ya varios años se presiente que el rumbo que hemos tomado no es del todo correcto, quizá recientemente porque hemos estado notando los efectos del uso de ciertas tecnologías, así como de la aplicación incorrecta de los descubrimientos científicos, entre otras cuestiones, tenemos la certeza de que efectivamente hay que hacer un cambio.

Sin embargo, tan inmersos como nos encontramos en nuestra forma de vida tanto a nivel personal, como en la sociedad a la que pertenecemos e incluso en lo que refiere a la dinámica mundial parece difícil advertir que efectivamente la revolución esta sucediendo y ha pasado hasta cierto punto inadvertida precisamente porque se introdujo de manera paulatina y sutil justamente en el punto preciso: la vida cotidiana, lo triste es que desafortunadamente no nos ha llevado a donde esperábamos; si bien es el instinto de supervivencia mismo el que nos hace cuestionarnos todo lo que estamos haciendo por sobrevivir es difícil por lo entrañada que esta la revolución en nosotros poder llevar de la imaginación a la práctica todos esos cambios que a muchos se nos podrían ocurrir.

En este sentido es conveniente primero que nada mantener la calma, pues ante el panorama que sin duda es tanto estremecedor como triste en varios de sus aspectos y aún prometedor en muchos otros, entrar en  distintos tipos de crisis es muy sencillo: dejarnos llevar por la terrible sensación de que no hay nada que hacer ante esta realidad que se nos plantea injusta, inabarcable e inminentemente catastrófica no es definitivamente una de las alternativas más saludables así como tampoco lo es el que nos la pasemos en constante lucha o que simplemente nos unamos al cause de las situaciones, bajemos la cabeza y nos hemos refugiemos en las pantallas tomando estas como un metáfora  de la vía de acceso al mundo digital.

Grandes problemas

En todo este caos que sin duda la era digital ha planteado en el mundo uno de los problemas que identifico como cruciales es la ignorancia. El devenir actual de la era digital fue causado principalmente por las computadoras y el internet que desde el principio han sido herramientas que solamente un número hasta cierto punto reducido de personas, en comparación al gran número que las usamos, saben de bien a bien cómo funcionan y el gran potencial que contienen. Definitivamente aquellos quienes entienden el funcionamiento de la máquina y saben aprovecharla en su máxima amplitud son los que indudablemente tienen un poder, que conforme más no convertimos a lo digital, aumenta.

Aquí otro punto delicado, todas las herramientas creadas por el ser humano pueden ser consideradas hasta cierto punto nobles y probablemente la mayoría han sido creadas en su origen con una buena intención; sin embargo, como también pasa con todo lo que toca el hombre, las virtudes de las herramientas se pueden convertir en vicios. En el caso del internet por ejemplo su principal bondad y peculiaridad, que no había tenido ningún otro medio, es la posibilidad de crear en conjunto, característica que a su vez lo ha denigrado.

En general, lo digital tiene, entre otras características, una capacidad de trasformación sorprendente, tanto por el lado de que los contenidos se actualizan con una rapidez inmediata (algo que jamás había pasado antes en la historia) como por la parte de que nos permite por ejemplo corregir el error (que culturalmente siempre nos hemos empeñado en tatar borrar) de forma que  todo aquello que se digitalice puede tornarse hacia lo manipulable y lo tramposo, puede hacer pasar la mentira por verdadera, así como puede generar necesidades y degenerar capacidades, el análisis y la reflexión por ejemplo.

Lo que nos lleva al hecho determinante de que lo digital ha potencializado muchas de las características de las cuales suele abusar cualquier tipo de poder (institución, empresa o persona) y en pos de eso se ha preparado el terreno para dirigir a la sociedad mundial hacia fines específicos, he aquí la corrupción de sus virtudes.

Me parece que no esta de más hacer evidente que desde que el principio no hubo una actitud de responsabilidad y respeto en cuanto a lo digital se refiere y por supuesto sigue sin haberlo, pues los beneficios que deja la ignorancia son mayores para las grandes empresas y gobiernos que de una u otra forma han logrado apoderase de las plataformas, los medios, los dispositivos, los datos y las señales digitales; pues si bien para aquellos que saben moverse en ese mundo es un lugar seguro y rentable, la mayoría de los que de una u otra forma lo habitamos nos encontramos en constante vulnerabilidad hecho que implica nuestra información, identidad y en varios casos nuestra vida. Uno ya no sabe a lo que accede, en términos de ceder y de entrar, cuando se introduce en el mundo digital.

Por otro lado los medios digitales (por no culpar directamente a quienes los controlan) nos exigen vivir de manera distinta, es claro que éstos se comportan de ciertas formas y tiene ciertas características que responden en función de lo que se quiere obtener, el problema es que nosotros hemos cedido el control por no poder tener un poco de autocontrol y responsabilidad.  Hemos cedido a las tecnologías en mucho por comodidad y por disminuir las “molestias” de la vida cotidiana, aunque ya no sabemos si hemos desarrollado una tendencia a la conformidad y a buscar todo el tiempo la comodidad por causa de las tecnologías o las tecnologías efectivamente vinieron a ayudarnos, o bien planteado desde otro punto de vista, ¿Nosotros controlamos de los medios digitales o ellos nos controlan a nosotros? muy probablemente con forme siga pasando el tiempo esta distinción se hará cada vez más borrosa.

Lo cierto es que sí hay un punto histórico concreto a partir del cual se empiezan a implantar un montón de necesidades de las cuales se van a generar muchos hábitos y reacciones, ese momento fue cuando se adoptó el sistema capitalista en la mayoría de los países del mundo y posteriormente el sistema neoliberal aunado al fenómeno de la globalización. En gran medida han sido estos sistemas y sus políticas lo que han configurado el mundo de forma que el desarrollo de lo digital así como su fuerte penetración en la vida cotidiana ha sido posible, no es sorprendente: los medios siempre han sido un reflejo de la cultura o del contexto en el que surgen y por lo tanto posea características de éste.

Ahora, volviendo a la falta de autocontrol, ésta es una de las principales actitudes del ser humano que nos han traído hasta donde estamos y no es difícil identificar a lo largo de la historia momentos en que por esto se han desatado, literalmente, guerras mundiales; de forma que esta deficiencia sigue siendo hoy en día unos de los principales factores de crisis.

El poder insaciable de las personas que pretenden o dominan el mundo provoca un serie de toma de decisiones a favor de su propia persona que creo que para todos es claro hasta qué  punto nos afectan, pero si nos detenemos a reflexionarlo un poco más podemos llegar a darnos cuenta de que la dinámica mundial gira en torno a esto; pero así como las repercusiones de los caprichos de estos personajes nos afectan directa o periféricamente, nuestra respuesta (también egocentrista) a las distintas prácticas que se han implantado, ha hecho que propaguemos por nuestra parte otra serie de actitudes nocivas de tipo: no me pretendo esforzar entonces prefiero sacrificar toda mi información con tal de no parar de estar en contacto, o voy a cambiar de celular o computadora cada que Apple diga que sus productos tienen un “toque de genialidad”, o que  “la tecnología debe ser accesible para todo el mundo”, o porque “(…) sin esfuerzo y como por arte de magia”, o mejor aún porque “viene con increíbles apps integradas para las cosas que haces todos los días” y porque “sólo piensa en lo que te gustaría hacer, y seguro habrá una app que te ayudará a hacerlo”* etcétera, etcétera. 
*frases tomadas directamente de la página de Apple México

Este comportamiento compulsivo es muestra de que no solemos tomar precauciones ni consideraciones ante las novedades en general,  no nos detenemos a pensar que siempre hay una trampa en todo lo que es “más amigable para el usuario” pues implica a fin de cuentas seguir promoviendo la ignorancia  por medio de un producto bien digerido, planeado, construido y estructurado de forma que efectivamente sea amigable para el usuario quien no tiene ni la más remota idea de cómo funciona más allá de que sabe cómo meterle música o iniciar sesión en cualquier red social; de modo que con más de un comportamiento cotidiano seguimos contribuyendo con todo aquello que a la larga nos ha ido volviendo más dependientes y por lo tanto susceptibles y vulnerables.

Si bien la tecnología y lo digital han sido en gran medida aliados de estas dinámicas de poder poco sanas es claro que esto también tiene el potencial  ser  una arma para combatir en la misma catástrofe digital en la que nos hemos metido puesto que sigue presentándonos por medio de una serie de interesantes propuestas como las que menciona Fred Ritchin a lo largo de su libro “Después de la fotografía” la oportunidad de que todavía podemos reinventarnos como lo hemos estado haciendo (aunque en el sentido incorrecto) durante este tiempo de revolución invisible.

Es necesario aprovechar el desarrollo (los medios y lo digital) en favor de la comprensión y mejoramiento de la actualidad, “intervenir en su evolución” (Fred Ritchin) y pugnar por la reconstitución sana de la sociedad.  En este sentido la fotografía que ha sido el medio en el cual se ha puesto en mayor evidencia la fragilidad de la realidad en la que vivimos puede convertirse en una herramienta que permita encontrar nuevas formas de entendimiento.  Si bien lo digital ya es tan inmenso como también lo es la web 2.0 y de solo pensar en ello advierto una sensación de que difícil será la tarea de reivindicación es posible llegar a la reconstrucción por medio del conocimiento.

Si pretendemos conservar algo de lo análogo que alguna vez nos conformó debemos tratar de mantener la mayor compostura que podamos frente a lo digital y con esto no implico que deberíamos intentar resistirnos a rumbo que lleva la vida (o que deberíamos tratar de vivir sin dinero en un mundo capitalista por ejemplo), ni a esa revolución, pero sí hay que hacer una reconsideración del valor que le asignamos a cada cosa; importante es también hacer consciencia de los trastornos que ha traído consigo el cambio de paradigma, así como el no olvidarnos del uso práctico de los sentidos y de lo rico que es experimentarlos en toda su amplitud; finalmente vuelvo a insistir en que la reflexión constante del tipo que se produce cuando tomamos una fotografía con cámara análoga es vital.

Bibliografía:
"Después de la fotgrafía", Fred Ritchin


María Vázquez

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