La importancia que han cobrado
las tecnologías nos han introducido a lo que hoy conocemos como la era digital,
si bien durante mucho tiempo se creyó que efectivamente con los distintos
avances habría una especie de revolución que nos llevaría a disfrutar de un
“mundo mejor” desde hace ya varios años se presiente que el rumbo que hemos
tomado no es del todo correcto, quizá recientemente porque hemos estado notando
los efectos del uso de ciertas tecnologías, así como de la aplicación
incorrecta de los descubrimientos científicos, entre otras cuestiones, tenemos
la certeza de que efectivamente hay que hacer un cambio.
Sin embargo, tan inmersos como
nos encontramos en nuestra forma de vida tanto a nivel personal, como en la
sociedad a la que pertenecemos e incluso en lo que refiere a la dinámica
mundial parece difícil advertir que efectivamente la revolución esta sucediendo
y ha pasado hasta cierto punto inadvertida precisamente porque se introdujo de
manera paulatina y sutil justamente en el punto preciso: la vida cotidiana, lo
triste es que desafortunadamente no nos ha llevado a donde esperábamos; si bien
es el instinto de supervivencia mismo el que nos hace cuestionarnos todo lo que
estamos haciendo por sobrevivir es difícil por lo entrañada que esta la revolución
en nosotros poder llevar de la imaginación a la práctica todos esos cambios que
a muchos se nos podrían ocurrir.
En este sentido es conveniente
primero que nada mantener la calma, pues ante el panorama que sin duda es tanto
estremecedor como triste en varios de sus aspectos y aún prometedor en muchos
otros, entrar en distintos tipos de
crisis es muy sencillo: dejarnos llevar por la terrible sensación de que no hay
nada que hacer ante esta realidad que se nos plantea injusta, inabarcable e
inminentemente catastrófica no es definitivamente una de las alternativas más
saludables así como tampoco lo es el que nos la pasemos en constante lucha o
que simplemente nos unamos al cause de las situaciones, bajemos la cabeza y nos
hemos refugiemos en las pantallas tomando estas como un metáfora de la vía de acceso al mundo digital.
Grandes problemas
En todo este caos que sin duda
la era digital ha planteado en el mundo uno de los problemas que identifico
como cruciales es la ignorancia. El devenir actual de la era digital fue
causado principalmente por las computadoras y el internet que desde el
principio han sido herramientas que solamente un número hasta cierto punto
reducido de personas, en comparación al gran número que las usamos, saben de
bien a bien cómo funcionan y el gran potencial que contienen. Definitivamente
aquellos quienes entienden el funcionamiento de la máquina y saben aprovecharla
en su máxima amplitud son los que indudablemente tienen un poder, que conforme
más no convertimos a lo digital, aumenta.
Aquí otro punto delicado, todas
las herramientas creadas por el ser humano pueden ser consideradas hasta cierto
punto nobles y probablemente la mayoría han sido creadas en su origen con una
buena intención; sin embargo, como también pasa con todo lo que toca el hombre,
las virtudes de las herramientas se pueden convertir en vicios. En el caso del
internet por ejemplo su principal bondad y peculiaridad, que no había tenido
ningún otro medio, es la posibilidad de crear en conjunto, característica que a
su vez lo ha denigrado.
En general, lo digital tiene,
entre otras características, una capacidad de trasformación sorprendente, tanto
por el lado de que los contenidos se actualizan con una rapidez inmediata (algo
que jamás había pasado antes en la historia) como por la parte de que nos
permite por ejemplo corregir el error (que culturalmente siempre nos hemos
empeñado en tatar borrar) de forma que
todo aquello que se digitalice puede tornarse hacia lo manipulable y lo
tramposo, puede hacer pasar la mentira por verdadera, así como puede generar
necesidades y degenerar capacidades, el análisis y la reflexión por ejemplo.
Lo que nos lleva al hecho
determinante de que lo digital ha potencializado muchas de las características
de las cuales suele abusar cualquier tipo de poder (institución, empresa o
persona) y en pos de eso se ha preparado el terreno para dirigir a la sociedad
mundial hacia fines específicos, he aquí la corrupción de sus virtudes.
Me parece que no esta de más
hacer evidente que desde que el principio no hubo una actitud de
responsabilidad y respeto en cuanto a lo digital se refiere y por supuesto
sigue sin haberlo, pues los beneficios que deja la ignorancia son mayores para
las grandes empresas y gobiernos que de una u otra forma han logrado apoderase
de las plataformas, los medios, los dispositivos, los datos y las señales
digitales; pues si bien para aquellos que saben moverse en ese mundo es un lugar
seguro y rentable, la mayoría de los que de una u otra forma lo habitamos nos
encontramos en constante vulnerabilidad hecho que implica nuestra información,
identidad y en varios casos nuestra vida. Uno ya no sabe a lo que accede, en
términos de ceder y de entrar, cuando se introduce en el mundo
digital.
Por otro lado los medios
digitales (por no culpar directamente a quienes los controlan) nos exigen vivir
de manera distinta, es claro que éstos se comportan de ciertas formas y tiene
ciertas características que responden en función de lo que se quiere obtener,
el problema es que nosotros hemos cedido el control por no poder tener un poco
de autocontrol y responsabilidad. Hemos
cedido a las tecnologías en mucho por comodidad y por disminuir las “molestias”
de la vida cotidiana, aunque ya no sabemos si hemos desarrollado una tendencia
a la conformidad y a buscar todo el tiempo la comodidad por causa de las
tecnologías o las tecnologías efectivamente vinieron a ayudarnos, o bien
planteado desde otro punto de vista, ¿Nosotros controlamos de los medios
digitales o ellos nos controlan a nosotros? muy probablemente con forme siga
pasando el tiempo esta distinción se hará cada vez más borrosa.
Lo cierto es que sí hay un punto
histórico concreto a partir del cual se empiezan a implantar un montón de
necesidades de las cuales se van a generar muchos hábitos y reacciones, ese momento
fue cuando se adoptó el sistema capitalista en la mayoría de los países del
mundo y posteriormente el sistema neoliberal aunado al fenómeno de la
globalización. En gran medida han sido estos sistemas y sus políticas lo que
han configurado el mundo de forma que el desarrollo de lo digital así como su
fuerte penetración en la vida cotidiana ha sido posible, no es sorprendente:
los medios siempre han sido un reflejo de la cultura o del contexto en el que
surgen y por lo tanto posea características de éste.
Ahora, volviendo a la falta de
autocontrol, ésta es una de las principales actitudes del ser humano que nos
han traído hasta donde estamos y no es difícil identificar a lo largo de la
historia momentos en que por esto se han desatado, literalmente, guerras
mundiales; de forma que esta deficiencia sigue siendo hoy en día unos de los
principales factores de crisis.
El poder insaciable de las
personas que pretenden o dominan el mundo provoca un serie de toma de
decisiones a favor de su propia persona que creo que para todos es claro hasta
qué punto nos afectan, pero si nos
detenemos a reflexionarlo un poco más podemos llegar a darnos cuenta de que la
dinámica mundial gira en torno a esto; pero así como las repercusiones de los
caprichos de estos personajes nos afectan directa o periféricamente, nuestra
respuesta (también egocentrista) a las distintas prácticas que se han
implantado, ha hecho que propaguemos por nuestra parte otra serie de actitudes
nocivas de tipo: no me pretendo esforzar entonces prefiero sacrificar toda mi
información con tal de no parar de estar en contacto, o voy a cambiar de
celular o computadora cada que Apple diga que sus productos tienen un “toque de
genialidad”, o que “la tecnología debe
ser accesible para todo el mundo”, o porque “(…) sin esfuerzo y como por arte
de magia”, o mejor aún porque “viene con increíbles apps integradas para las cosas que haces todos
los días” y porque “sólo piensa en lo que te gustaría hacer, y seguro habrá una
app que te ayudará a hacerlo”* etcétera, etcétera.
*frases tomadas directamente de la página de Apple México
Este comportamiento compulsivo es
muestra de que no solemos tomar precauciones ni consideraciones ante las
novedades en general, no nos detenemos a
pensar que siempre hay una trampa en todo lo que es “más amigable para el usuario” pues implica a fin
de cuentas seguir promoviendo la ignorancia por medio de un producto bien digerido, planeado,
construido y estructurado de forma que efectivamente sea amigable para el
usuario quien no tiene ni la más remota idea de cómo funciona más allá de que
sabe cómo meterle música o iniciar sesión en cualquier red social; de modo que
con más de un comportamiento cotidiano seguimos contribuyendo con todo aquello
que a la larga nos ha ido volviendo más dependientes y por lo tanto susceptibles
y vulnerables.
Si bien la tecnología y lo
digital han sido en gran medida aliados de estas dinámicas de poder poco sanas
es claro que esto también tiene el potencial
ser una arma para combatir en la misma
catástrofe digital en la que nos hemos metido puesto que sigue presentándonos por
medio de una serie de interesantes propuestas como las que menciona Fred
Ritchin a lo largo de su libro “Después de la fotografía” la oportunidad de que
todavía podemos reinventarnos como lo hemos estado haciendo (aunque en el
sentido incorrecto) durante este tiempo de revolución invisible.
Es necesario aprovechar el
desarrollo (los medios y lo digital) en favor de la comprensión y mejoramiento
de la actualidad, “intervenir en su evolución” (Fred Ritchin) y pugnar por la
reconstitución sana de la sociedad. En
este sentido la fotografía que ha sido el medio en el cual se ha puesto en mayor
evidencia la fragilidad de la realidad en la que vivimos puede convertirse en una
herramienta que permita encontrar nuevas formas de entendimiento. Si bien lo digital ya es tan inmenso como también
lo es la web 2.0 y de solo pensar en ello advierto una sensación de que difícil
será la tarea de reivindicación es posible llegar a la reconstrucción por medio
del conocimiento.
Si pretendemos conservar algo de
lo análogo que alguna vez nos conformó debemos tratar de mantener la mayor
compostura que podamos frente a lo digital y con esto no implico que deberíamos
intentar resistirnos a rumbo que lleva la vida (o que deberíamos tratar de
vivir sin dinero en un mundo capitalista por ejemplo), ni a esa revolución,
pero sí hay que hacer una reconsideración del valor que le asignamos a cada
cosa; importante es también hacer consciencia de los trastornos que ha traído
consigo el cambio de paradigma, así como el no olvidarnos del uso práctico de
los sentidos y de lo rico que es experimentarlos en toda su amplitud; finalmente
vuelvo a insistir en que la reflexión constante del tipo que se produce cuando
tomamos una fotografía con cámara análoga es vital.
Bibliografía:
"Después de la fotgrafía", Fred Ritchin
María Vázquez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario