domingo, 18 de septiembre de 2016

Un acto de valor.

Un acto de valor.

Fotografía documental, fotoreportaje y fotoperiodismo.

Exposición fotográfica World Press 2016



Después de recorrer la exposición “World Press Photo 16” en el museo Fran Mayer en el centro de la CDMX discierno en ella dos géneros de la fotografía, por un lado el fotoperiodismo y por el otro el fotoreportaje. Me parece que en esta exhibición hay mucha confusión al respecto de esta distinción, hay muchas fotografías en las que se confunde su género y quieren ser tomadas como fotoperiodismo cuando en realidad son fotoreportajes y en ese mal entendido se pierde mucho de su valor e incluso de su credibilidad.

Para mi punto de vista el fotoperiodismo se supone objetivo, fiel y documental a un suceso; por otro lado el fotoreportaje (aunque también es documental) presenta muchos otros matices, pues el fotógrafo mediante el tratamiento de su tema en la fotografía nos plantea el acercamiento que quiere que tengamos con la historia que quiere que conozcamos.

En cualquiera de los casos sin duda la labor del fotógrafo es un acto de valor, pues  muchas veces éste se pone a sí mismo frente a una serie de experiencias y de acontecimientos que lo llevan al límite y que no cualquiera es capaz de soportar, no desde ese punto en el que él se encuentra en el que tiene que mantenerse certero ante lo que sucede. La fotografía documental es eso un acto que transforma y también me parece que es un acto de generosidad por parte del fotógrafo quien en muchas ocasiones se nos olvida que esta presente y que es una persona que recibe toda la fuerza del instante y la captura.  El fotógrafo es un medio, un puente entre las experiencias lejanas, aisladas, dolorosas, fascinantes, misteriosas, etc y el espectador. 

La fotografía documental para mi punto de vista significa hoy en día la oportunidad para replantear y reconsiderar nuestra posición en el mundo y a partir de ella hacer consciencia con respecto a aspectos personales como también a aquellos que tengan que ver con la sociedad en general.




Zhang Lei, 2015, first prize singles, Contemporary Issues.

Esta fotografía de entrada me impacto en el sentido estético, la habilidad técnica con la que fue tomada me parece buena aunque convendría definitivamente conocer la metadata de esta imagen (y de todas las de la exposición) y saber si pasó por postproducción y si sí, qué tanto fue modificada en este proceso. 
De cualquier forma me parece que hay un equilibrio de color  muy rico, el encuadre es preciso para que podamos apreciar lo que el fotógrafo quería que viéramos y es claro que detrás del uso de la luz hay la intencionalidad de crear una atmósfera pero también un concepto con respecto al tema de la fotografía.

Rohan Kelly, 2015, first prize singles, Nature.


No sé qué tan difícil es descubrir fuera lo que muchas veces nos atemoriza en sueños, la forma en la que las cosas se manifiestan en ese mundo son por lo regular muy abstractas o carentes de un sentido lógico tradicional. A primera vista esta fotografía me causo un vacío en el estómago pues me recordó a una serie de pesadillas que he tenido desde que era niña, el hecho de pensar esta imagen sucediendo en el mundo real me eriza la piel y me marea.
Algo que también me perturba de esta imagen es negro tan profundo de la nube que lleva a pensar ¿Hasta dónde llega aquello? Y la contraposición con la luz que cae sobre todo lo que esta cerca, pero sin duda lo que más me impacta son las personas de la fotografía, definitivamente esta imagen no tendría la misma fuerza si no hubiera gente tomando el sol con tranquilidad o personas disfrutando del mar.
Yo simplemente no me puedo imaginar estando ahí,  disfrutando de la playa mientras una nube enorme parece querer desaparecer todo lo que se pueda, me impacta de sobre manera el contraste entre aquello que por puro instinto de sobrevivencia debería asustar a cualquiera y la actitud tranquila de las personas en la fotografía.

Magnus Wennman, 2016, 3rd prize stories, People.

Los niños son todo un misterio, nadie sabe lo que piensan y sienten y aún si se les preguntara y respondieran en la mayoría de los casos continuaría siéndolo porque casi toda la “gente grande” estamos muy lejos de ellos y no entendemos; esta imagen me parece un claro reflejo de la distancia que nos separa, a los que ya no somos niños, de ellos y me impacta la fuerza con la que esta niña contiene lo que es y siente frente a la cámara que, en este caso, me parece bastante invasiva.
Gracias al texto que acompaña  la imagen podemos reblandecernos y suponer el sufrimiento por el que debe estar pasando después de perder a sus padres y tener que vivir en la calle; sin embargo, me parece que siempre hay que tener particular cuidado con todo aquello que se refiera a niños pues como sociedad somos totalmente susceptibles a ellos.
Para mi esta foto es realmente hermética sobre todo por la naturaleza de los niños en sí; me parece que en esta serie de fotografías corresponde a ese tipo de imágenes que como dice John Berger “(…)por sí mismas no significan nada, es el espectador el que las significa”(Berger, p.73) el dolor, el sufrimiento y el miedo que pudiera haber en toda esta serie lo pone el que las observa.
María Vázquez


Bibliografía:
http://www.worldpressphoto.org/






viernes, 16 de septiembre de 2016

Comparación entre fotógrafos dedicados al retrato y breve reflexión sobre la importancia de Diane Arbus


Comparación entre fotógrafos dedicados al retrato y breve reflexión sobre la importancia de Diane Arbus


El retrato desde la antigua Mesopotamia y hasta la actualidad es un género que ante todo posee un intencionalidad para mi punto de vista, a lo largo de la historia del arte estos propósitos han ido variando, desde aquellos que tenían una función ritual y funeraria en Egipto hasta los retratos conceptuales de Nan Goldin.

La función en un elemento que define muchas de las características del retrato, es decir determina el tratamiento plástico que se le va a dar la persona retratada y a partir de ahí se definen desde los materiales por ejemplo (no es lo mismo un retrato en piedra que uno pintado o uno hecho con alguna técnica fotográfica) hasta la incorporación (o no) de elementos simbólicos, pasando obviamente por la decisión de si el retratado va a ser representado objetivamente o se modificaran algunas de sus cualidades.
Sea cual sea la función social que se le quiera dar al retrato, a lo largo de la historia la característica común que determina a este género es la necesidad de preservación en la memoria de “la persona”.

Con la llegada de la fotografía, la cuestión de la objetividad y la subjetividad parecía en un principio haber quedado resuelta y con ello el tema de retrato hubiera podido terminar bien definido y la “pintura liberada”, como dice Susan Sontag, de tener que forzarse a la representación mimética de un sujeto, pues, dado el desarrollo de este género en el arte, el objetivo de un retrato había tendido a la semejanza absoluta del retratado con su retrato. Sin embargo, conforme se fue ejerciendo la fotografía misma (y con la transformación del arte) y también específicamente el género del retrato una buena cantidad de oportunidades se fueron descubriendo al respecto, el retrato ya no sólo representaba fielmente a una persona y sus cualidades digamos “externas”, si no que también se empezó a tatar de captar elementos como su personalidad, psicología y demás aspectos intangibles, de esta forma las posibilidades del retrato fotográfico se han ido ampliando y es importante señalar que éstas a su vez están muy relacionadas tanto con la definición propia de cada fotógrafo de lo que es la fotografía como del uso que éste le da.

Es altamente probable que para Félix Tournachon, mejor conocido como Nadar, la idea de lo que es la fotografía no fuera la misma que para Julia Margaret Cameron, August Sanders, Cecil Beaton o cualquier otro fotógrafo, es por esto que la idea de lo que es la fotografía determina el tipo de fotografías que  se van a hacer y el tratamiento que se les va a dar.

En Nadar podemos observar por un lado, un tratamiento objetivo del retratado, el uso hasta cierto punto tradicional de la luz, el enfoque y de la técnica en general es preciso porque lo que se quiere es poder observar nítidamente a la persona, ya que es ésta lo que importa en la fotografía y por otro, podemos notar ya la intención de revelar algo más del retratado y de lo que éste es por medio de algunos elementos como las posturas o la vestimenta; sin embargo, este no es un rasgo particular en sus retratos pues estos aún son bastante  documentales.
 
Tanto como no lo son los de Julia Margarte Cameron quien si bien retrata personas estas son un pretexto para ir más allá en la fotografía a través del juego con la técnica y del juego mismo con los retratados por medio de  la construcción de una atmósfera semi fantástica y onírica en la que los sumergía; el hecho de que esta mujer tomara esta clase de decisiones con respecto a su fotografía implica una intención completamente distinta a la que pudo haber tenido Nadar.

Ahora bien, August Sander, puede ser un buen ejemplo del equilibrio entre la representación objetiva y la fantasía o la historia que hay detrás del retratado, pues si bien su fotografía goza de una técnica puntual esta es utilizada totalmente a favor de la expresión de otros elementos más sutiles. Una cuestión que resulta sobresaliente de la obra de este fotógrafo alemán es la selección del tema sobre el cual construyó su trabajo pues esto demuestra una reflexión mucho más compleja acerca de las posibilidades del retrato fotográfico.
En este mismo sentido, otro punto importante sobre su trabajo es que logra entablar un hilo común a todas sus fotografías que no solo es dado por el tema, si no por el tratamiento del retrato en sí: la selección precisa de los retratados y su contexto, la muestra de la particularidad de cada uno de ellos, la cercanía que él tenía con estas personas y la intención de mostrar un estilo de vida dota a la obra de August Sander de un  aura uniforme que logra acercarnos a la esencia de lo cotidiano de aquella sociedad que estaba transformándose.

Por otro lado la obra del fotógrafo de modas Cecil Beaton, quizá puede ser mucho más cercana en algunos sentidos a la de Julia Margaret que a la del precursor del retrato (Nadar) o a la de Sander por ejemplo, pues como Julia, Cecil pone en juego todos los elementos del retrato, desde el encuadre y la luz hasta lo que en lenguaje cinematográfico se conoce como “dirección de arte” y con ello crea y alimenta fantasías (en mucho gracias a su impecable técnica y perfección) que de por sí ya había al rededor de algunas de las celebridades a las que fotografió.
Sobre esta misma línea se encuentran los retratos de Richard Avedon, los cuales, desde mi punto de vista dejan ver una clara influencia de Beaton; sin embargo, en la obra del fotógrafo estadounidense  me parece que el foco esta completamente dirigido hacia la persona como ser reconocido por la sociedad, es decir como una especie de estatua inamovible y digna de idolatrarse, en sus fotografías el exceso de pose y otras cualidades técnicas hace que el retratado pierda credibilidad.

En el lado opuesto de Cecil Barton y de Richard Avedon por supuesto se encuentra Diane Arbus quien es sin duda alguna un parteaguas en el arte del retrato fotográfico y a la cual se le debe mucho del desarrollo actual de este género por su labor como fotógrafa. Pero ¿Porqué es tan importante la obra de Diane Arbus? Mucho se ha debatido respecto a su trabajo y sería banal creer que la diferencia que ella marcó en la fotografía se debe únicamente a que retrato a un sector oscuro, por llamarle de alguna forma, de la sociedad estadounidense; si bien  sus sujetos fotografiados fueron definitivos más lo fue su visión personal de la vida y de la fotografía.
Arrogar luz sobre este grupo de personas peculiares fue más un iluminarse a sí misma que sacar y exponer a toda una parte de la sociedad ignorada; si partimos de esta premisa, la importancia de Diane Arbus reside en que se involucró a ella misma en el retrato de todas estas personas y logró transformar el retrato en una especie de foto de álbum familiar.

Para Diane la experiencia de convivir con estas personas fue lo primordial y la fotografía era tanto un pretexto como el medio que la acercaba a ellos, toda su preconcepción, su filosofía, su idea de lo que “los raros” significaban impregno a tal grado su fotografía que con ello logro más que objetivizar a todas estas personas en sus particularidades simplemente les devolvió su calidad y cualidad de “naturales”, más ante los ojos del espectador de su obra que ante los de ellos mismos.

Por supuesto con la transformación del arte y la sociedad el trabajo de Diane Arbus fue rápidamente absorbido y asumido, quizá en muchos casos, no con la misma humanidad y seriedad con la que ella efectuaba ese estilo de vida y más bien  tal vez el morbo y la moda fue lo que a fin de cuentas hizo popular su obra forjando de esta manera una nueva tendencia estética que permitía lo raro.

En este sentido fotógrafas como Cindy Sherman y Nan Goldin, le deben a Diane Arbus muchas de las características de la fotografía que hacen. En el caso de Sherman lo ridículo (entendido como concepto y no como cualidad estética) en sus retratosasí como la creación de una experiencia en cuanto la búsqueda del retrato de distintas personas en ella misma son elementos que pudieron desarrollarse gracias a los retratos de Arbus y igual forma lo son las cualidades cinematográficas que hay en la obra de Goldin.

 El retrato es sin duda uno de los géneros fotográficos más prolificos no sólo en cuanto a producción si no también en cuanto a búsqueda, las diferencias y similitudes entre los fotógrafos que se han dedicado al retrato son súmamente interesantes pues en ellas se revela la postura del fotógrafo mismo en relación a la fotografía, al retrato como género y por supuesto con respecto a las personas retratadas; en la actualidad las oportunidades sobre esta línea de trabajo parecieran mucho más amplias que en cualquier otro género fotográfico pues la posibilidad que tiene el fotógrafo de definir su intención en el retrato corresponde a muchas de las nociones que construyen el arte actual, de esta forma todavía no se ha agotado la posibilidad de  seguir ahondando en el retrato y a final de cuentas parece interesante ver cómo se seguirán planteando y descubriendo, mediante la fotografía, esas relaciónes sutiles que se establecen entre personas (fotógrafo y retrado) cuando sucede el retrato.

María Vázquez

Referencias:
  • Sontag, Susan. Sobre la fotografía. Penguin Random House Grupo Editorial S.A de C.v, 2016
  • Documental: Masters of photography- Diane Arbus. 1972 : https://youtu.be/Q_0sQI90kYI?list=WL
  • Malcolm Daniel. "Julia Margaret Cameron (1815–1879). "The MET. Octubre, 2004. The Metropolitan Museum of Art.. 16 de Septiembre, 2016 http://www.metmuseum.org/toah/hd/camr/hd_camr.htm. 
  • Malcolm Daniel. "Nadar (1820–1910). "The MET. Octubre, 2004. The Metropolitan Museum of Art.. 16 de Septiembre, 2016 http://www.metmuseum.org/toah/hd/nadr/hd_nadr.htm.  
  • " August Sander German, 1876–1964. "MoMA. . The museum of Modern Art. 14 de Septiembre, 2016 http://www.moma.org/artists/5145?locale=en.




Bibliografía: ·       Sontag, Susan. Sobre la fotografía. Penguin Random House Grupo Editorial, S.A de C.V, 2016

domingo, 4 de septiembre de 2016

ENSAYO: Fotografía. Un intento de definición.

ENSAYO: Fotografía. Un intento de definición.   




La práctica de la fotografía en la actualidad

Desde los primeros procesos precursores de la fotografía se intuyeron las amplias posibilidades y beneficios de las imágenes tomadas “directamente de la realidad”, con forme la fotografía se fue constituyendo hasta lo que es en el presente no ha habido duda de que efectivamente ésta es uno de los medios más poderosos desarrollados hasta el día de hoy. La razón por la cual la fotografía es éste “gran suceso” que ha permeado por completo la actualidad y se ha enraizado profundamente en ella reside, por una lado en que la materia prima de la fotografía es la realidad misma, y por otro, en el hecho de que el ser humano siempre ha tenido la necesidad de llevar algún tipo de registro o bien tener un sistema de organización.
En este sentido es pertinente recordar que las bases que constituyen la escritura que hoy en día utilizamos surgieron de la necesidad de construir una forma de expresión escrita más simple y práctica que la que ya existía, y que a su vez respondiera justamente a las necesidades antes mencionadas. Así como la escritura, la fotografía también está íntimamente relacionada con el desarrollo y complejización de la civilización e igualmente surge como una contestación a los nuevos planteamientos de la época.
Si bien en un principio los primeros descubrimientos en cuanto a la fotografía (como la cámara oscura, el daguerrotipo o la cianotipia) respondieron casi meramente a esta necesidad de registro, el avance en la materia propició una nueva perspectiva de la realidad y con ello se generó una reflexión que llevo las posibilidades de la fotografía más allá del mero uso práctico. Si retomamos la analogía de la fotografía con la escritura, ésta dio paso a la literatura y la fotografía a su vez descubrió y exploró sus propias posibilidades expresivas, pues la fotografía en sí también es, sobre todo, un tipo de lenguaje.
De esta forma se generó una escisión en el quehacer fotográfico que lo volvió por un lado un instrumento y por el otro un medio al servicio de la estética, sea cual sea el fin que se quiera alcanzar mediante la fotografía, ésta conlleva una serie de implicaciones, pues en principio de cuentas se nutre de la realidad. Quizá para nosotros ahora esto es algo muy común y poco sorprendente, pero para las personas del siglo XVI (con la cámara oscura) y del siglo XIX (con los posteriores descubrimientos) en adelante implico un cambio mental y de percepción muy importante.
Es claro que nosotros ya somos hijos de ese cambio, y por eso lo damos por sentado, pero es importante detenerse a considerar que llevamos tan sólo 160 años aproximadamente dentro de esta “nueva visión” lo que implica que estamos apenas en el principio de un proceso de aprendizaje, si se considera por ejemplo que la pintura ha estado presente prácticamente desde el principio de la humanidad, por lo tanto es muy probable que haya muchas cosas en relación a la fotografía que aún no hemos descubierto, o ¿Será que en tan solo en menos de dos siglos hemos llegado a ese punto, tal como en las artes plásticas, en el que se cree que ya esta todo hecho? El rápido desarrollo de la tecnología fotográfica y su masificación a partir del siglo XX es un punto clave en la historia de la fotografía, se podría decir que muchas de las características que la definen el día de hoy tienen su origen a partir de ahí; si bien estos avances ha llevado a una explotación y exploración profunda de esta disciplina, en los últimos años han provocado que mucha de la fotografía que se hace en la actualidad este vacía de reflexión, así como también ha causado que esta disciplina ya este completamente replanteada, en algunos  casos, como algo tan cotidiano que sólo se practica porque la mayoría lo hace.
Así pues otra de las principales implicaciones de la fotografía, al tener como materia prima la realidad, es que permite la posibilidad de implantar una visión en el mundo ya sea esta personal o bien la de una ideología dominante (Susan Sontag) al servicio del estado o la industria por ejemplo. Uno de los medios en los cuales se ha conciliado de mejor manera los dos usos principales de la fotografía (el estético y el de instrumento) ha sido la publicidad, en este caso la fotografía  produce imágenes estéticas al servicio de esta ideología dominante, a las que somos susceptibles y por medio de las cuales se imponen una serie de patrones conductuales, tendencias y formas particulares de percibir, sentir, pensar, etc.  Si bien la publicidad ha sido una de las áreas que más ventaja ha sacado de la fotografía, en la actualidad y gracias internet, un gran número de empresas lucran con las fotografías alrededor de todo el mundo, páginas como Flickr o Instagram a la par de que hacen de la fotografía un negocio rentable, imponen una estética y una necesidad que a su vez responde a la “lógica misma del consumo” (Sontag, p. 174).
Podríamos decir que sobre todo hoy en día vivimos dentro de lo que Susan Sontag en su libro Sobre la fotografía ha llamado “la dictadura de lo interesante” entonces ¿Qué tan libres somos de crear y más aún qué tan libres son nuestras creaciones cuando, como creadores, procedemos bajo a estas lógicas impuestas, cuando somos la mano de obra en esta producción industrial de imágenes estéticas? Es claro que un gran porcentaje de las fotografías tomadas en todo el mundo no son realizadas por profesionales (aún si lo fueran no es seguro que estén libres de pecado) y en cierta medida son hechas de manera ni siquiera autodidacta, si no más bien son producto de la imitación y del reflejo, pues la mayoría hemos tenido o tenemos una idea de lo que es la fotografía y sobre ella hemos recargado nuestras imágenes, la cuestión es que esta idea esta construida más por lo que vemos que por lo que sabemos y pensamos sobre el tema. Nos basamos en la idea (nuestra) de la idea (impuesta) de lo que debe ser la fotografía.
Lamentablemente ese mismo poder que tiene la fotografía (el de implantar una visión en el mundo) es lo que la ha llevado a ser víctima y aliada de la industria, del poder del estado y del sistema capitalista así como de la globalización, viéndose así más que limitadas, delimitadas sus formas de expresión y quedando también muy encausados sus usos. Se puede decir entonces que la fotografía se ha convertido en un arma de doble filo, y quizá siempre lo ha sido, pero es muy probable que esta cualidad sea mucho más obvia en nuestros tiempos que en el pasado, ya que con el paso del tiempo y parece que sobre todo desde que se descubrieron sus posibilidades expresivas, también se comprendió que las fotografías por sí mismas no significan nada, es el espectador el que las significa (Berger, p.73), de ahí que poco a poco han ido perdiendo su carácter de veracidad.
Estamos en una época en la que algunos amamos y odiamos la fotografía al mismo tiempo, la amamos porque nos revela lo que no podemos ver a simple vista, porque nos acerca a lo fotografiado de alguna u otra forma, porque nos seduce y nos estimula estéticamente hablando, porque nos acerca a esa experiencia tan privada y desconocida que es la visión del otro, y a su vez nos genera una propia, también porque nos sorprende ya sea por desconocida o por resignificar lo cotidiano; y la odiamos porque es un instrumento de vigilancia, de control, de sometimiento y espectáculo, la aborrecemos porque miente, nos transgrede, porque no nos respeta, nos sobre satura y también porque se ha vuelto algo enfermo. Aunque pensándolo bien puede que la amemos por las mismas razones porque la odiamos ya que de esta forma ¿De qué vamos a tener que hacernos responsables si reaccionamos de manera condicionada a muchas de las cosas que hacemos gracias a la influencia de las fotografías? La odiamos porque nos quita responsabilidad y la idolatramos por esta misma razón. He ahí la trampa.
Parece importante entonces hacer mucha consciencia del potencial actual de las fotografías. En este sentido es de lo más rescatable el punto de John Berger  en su texto Usos de la fotografía en cuanto a que es necesario hacer “una práctica fotográfica alternativa a la que hemos visto” (Berger, p.76) si es que acaso se quiere hacer algo al respecto de la crisis a la que nos ha llevado el uso desmedido e irracional de la fotografía.  Es responsabilidad de cada persona que pueda, por el medio que sea, tomar una fotografía ponerle un freno al hecho de que sea normal andar por ahí saturando más al mundo con imágenes y haciendo aún más difusa la línea entre las imágenes privadas y las públicas; “es necesaria una ecología de las imágenes” (Sontag, p.175). Eso por un lado y por otro, también es responsabilidad de todos tratar de prestar atención a cómo nos afectan las fotografías en la vida diaria y a cómo nos definen o nos orillan a actuar de ciertas formas.
A menudo se piensa que las posibilidades de la fotografía están de cierta forma agotadas, lo cierto es que más bien resultan inciertas por la falta de una reflexión. Si asumimos pues que el panorama actual tiene las características antes mencionadas ¿Con qué ánimo se puede hacer otra fotografía cuando se hacen millones al día? Y más aún ¿Qué sentido tiene si “el sistema puede asimilar cualquier fotografía” (Berger, p.75)? ¿Cuáles son entonces nuestras verdaderas oportunidades como creadores? Dado que la fotografía se sigue construyendo y esta en constante cambio es importante estar bien parados en la actualidad para poder empezar a replantearla; dos cosas me parecen de suma importancia: asumir la fotografía como una responsabilidad nos va a poner de entrada en el punto en el que somos conscientes de sus consecuencias y de esta forma no estaremos lanzando imágenes muertas al mundo; por otra parte tratar de que la fotografía deje de ser un sustituto de la memoria y que por ende no nos prive de vivir las experiencias pueden ser quizá algunas de las actitudes que nos pueden ayudar a resignificar la fotografía de forma que nuestra relación con ella se vuelva más amable y sensible. 

María Vázquez.
Bibliografía:
·       Sontag, Susan. Sobre la fotografía. Penguin Random House Grupo Editorial, S.A de C.V, 2016
·      Berger, John. Usos de la fotografía. Editorial Gustavo Gil, 2001