domingo, 20 de noviembre de 2016

Ciento dos años de ensueño




"Mire, yo no persigo la poesía. La poesía está en la realidad"
Manuel Álvarez Bravo (Premio Hasselblad, 1984)

Sobre la obra y vida de Manuel Álvarez Bravo se han escrito cantidades y cantidades de páginas muchas de ellas atinadas en el punto justo, han sido usadas las palabras exactas ya sea por la pluma de Luis Cardoza y Aragón, Octavio Paz o Xavier Villaurutia, por mencionar algunos y no llenar este texto de grandes personalidades, entonces me pregunto ¿Quién soy yo para escribir sobre algo tan sublime, cómo podría hacerle honor en un texto a esas fotografías en donde la belleza sutil anda desnuda comiendo fruta por las calles empedradas?  Soy un ser afectado y eso me da derecho, quizá no tengo la maestría en el uso de la palabra y eso sin duda dificulta el explicarme a mi misma qué es lo que siento pero las fotos de Don Manuel me han sentado en el borde de una barda a contemplar el paisaje, a ver cómo va pasando la vida hasta en el último rincón de éste país, han dilatado mis recuerdos y han hecho que mi imaginación, como las blancas telas de Qué chiquito es el mundo (1942), se ondee dulcemente en el vaivén de la fantasía.
 
Qué chiquito es el mundo, 1942
De forma que no encuentro otra manera de escribir sobre la obra de éste gran artista que no sea mediante el uso de otro tipo de imágenes: las imágenes poéticas pues creo que mis comentarios deben estar en el mismo nivel en el que se encuentran las fotografías de Manuel Álvarez Bravo porque ¿Qué sentido tiene decir una vez más que  su uso técnico de la cámara era de gran maestría? De pronto siento que aquí la misma cámara pese a todo sale sobrando, que la fotografía es sólo un medio (aunque el medio exacto) y lo que importa es más bien el ojo, la imaginación y la agudeza de ambos, que vale más la capacidad de descubrir, crear, significar la cotidianeidad y dotarla de tanta plasticidad que sea posible reacomodarla en ese lugar justo donde la  línea de un cable se cruza con la banqueta y enmarca el sufrimiento (El gran penitente, 1954) o ahí en el umbral (1940) donde el líquido de la vida se derrama hacia otros mundos y nos deja con la tentación, con la duda.
  
El gran penitente, 1954

El umbral, 1940


En la obra de Manuel Álvarez Bravo se percibe más que la realidad fotografiada, la realidad imaginada vuelta creación: tiros de aza(h)ar (La buena fama durmiendo, 1938), espacios habitables y transparentes hechos por haces de luz (Retrato de lo eterno, 1935),  metáforas y símbolos construidos con planos y firmes sombras o con el más simple de los objetos al que protege e ilumina la buena voluntad de querer estar vivo (Jícamas, 1929), todo por el juego, la inocencia, la sonrisa, por sentir ese calor que recuerda a los cuentos de Jesús Gardea o por tocar siquiera la suavidad del rebozo que deja ver a la fruta prohibida (1977) de la cual brota la misma sensualidad que hay en la literatura de Inés Arredondo. En las fotografías de Álvarez Bravo todo esta cargado de la vital energía que incita al ritual, a prender una vela (Panteón, visitación, 1964), a escribir un poema, a sentir el ensueño.

María Vázquez 

 
La buena fama durmiendo, 1938

Retrato de lo eterno, 1935

Jícamas, 1929

La fruta prohibida, 1977


 
Panteón, visitación, 1964

 Bibliografía:
  • Rita Eder, 1992, El arte de Álvarez Bravo en los años treinta, Luna Córnea, Año 1, 1992, pag. 7-11
  • Cesar Moro, 1992, La fatalidad vestida de negro, Luna Córnea, Año 1, 1992, pag. 13
  • Octavio Paz, 1992, Cara al tiempo, Luna Córnea, Año 1, 1992, pag. 14-17
  • Luis Cardoza y Aragón, Entre la máquina y el mundo real, Luna Córnea, Año 1, 1992, pag. 19-27
  • Adré Bretón, Un fragmentoLuna Córnea, Año 1, 1992, pag. 29
  • Elena Poniatowska, El sueño es blanco y negro, Luna Córnea, Año 1, 1992, pag. 31-39
  •  http://www.udg.mx/es/efemerides/2016/4-febrero
  •  http://www.letraslibres.com/mexico/ojos-en-los-ojos-manuel-alvarez-bravo
  •  http://elpais.com/diario/1985/04/30/cultura/483660007_850215.html
  •  http://www.manuelalvarezbravo.org/index.php
  • https://issuu.com/c_imagen/docs/lunacornea_1

viernes, 11 de noviembre de 2016

Ante la severidad y el caos: Pedro Meyer y Joan Fontcuberta



"Comprendo la fotografía más como una rama de la Ontología, más que de la Estética. Me parece más interesante la cuestión de la verdad que la cuestión de la belleza."
 Joan Fontcuberta

En algún momento mientras miraba una foto de Pedro Meyer mi silueta, que se reflejaba levemente en la pantalla de la computadora, extendía de manera perfecta la línea curva de un arcoíris en la fotografía, nada más cercano a… ¿la realidad? digamos mejor “la actualidad” en la que lo que nos muestra la pantalla es tan creíble que lo demás terminan siendo meros reflejos como bien lo advierte Fred Ritchin en su libro “Después de la fotografía”. Dado este fenómeno de lo inminentemente digital y devorador notar que la importancia de la verdad y la realidad ha estado siendo sobrevalorada y pervertida al mismo tiempo es crucial para proceder si uno se dedica a odiseica labor fotográfica.

Pedro Meyer y Joan Fontcuberta son dos artistas pioneros de la fotografía contemporánea que comparten en principio de cuentas una profunda reflexión acerca de su oficio, dicha meditación ha sido tanto personal como en relación al efecto mundial que se ha presentado en torno a la fotografía en aras de una era digital y por supuesto del resultado poderoso de la alianza de lo que podríamos empezar a pensar son las herramientas más penetrantes que ha construido el ser humano.

“(…) mi trabajo es una respuesta a toda una serie de condicionantes sociopolíticos, de la situación de la comunicación y de la cultura (…)” Joan Fontcuberta

Sin duda el rumbo y efectos que ha tenido esta revolución, así como los propios contextos y las experiencias de vida de cada artista, han sido lo que ha llevado a ambos a desaprehenderse tanto de la tradicional idea de la fotografía como de la severa pero engañosa concepción de la verdad y la realidad de forma que los dos se han ocupado, con el paso de los años, de concientizarse a sí mismos de la vulnerabilidad de estos términos (tanto en la práctica como en el discurso), de ahí que su trabajo se base y nutra de esa evidente fragilidad y juegue con ella para que al final el espectador pueda darse cuenta de que efectivamente nuevas relaciones se están gestando a partir de lo digital  y lo están redefiniendo todo.

¿Cuál es el gran mérito de estos artistas? Primero su capacidad de observación: cualidad imprescindible y afilada de un buen fotógrafo, luego su gran habilidad de reflexión: sin la cual el fotógrafo sería como un caballo desbocado, después su valor: no puede, no debe haber fotógrafos con miedo, deben ser unos sin vergüenzas; por otro lado su congruencia: han respondido efectivamente con actos (obra) y propuestas a su pensamiento y búsquedas en pro de un uso no aplastante tanto de la fotografía como de lo digital y finamente su sentido del humor: el artista nunca debe dejar de jugar y para lo cual no tengo más comentario que una sonrisa y un agradecimiento. A fin de cuentas han sido auténticos visionarios que ha propuesto una reconfiguración del mundo y se han plantado como creadores de la realidad.

María Vázquez

martes, 8 de noviembre de 2016

El "mundo digital" y toda la serie de factores complicados que de él se derivan


La importancia que han cobrado las tecnologías nos han introducido a lo que hoy conocemos como la era digital, si bien durante mucho tiempo se creyó que efectivamente con los distintos avances habría una especie de revolución que nos llevaría a disfrutar de un “mundo mejor” desde hace ya varios años se presiente que el rumbo que hemos tomado no es del todo correcto, quizá recientemente porque hemos estado notando los efectos del uso de ciertas tecnologías, así como de la aplicación incorrecta de los descubrimientos científicos, entre otras cuestiones, tenemos la certeza de que efectivamente hay que hacer un cambio.

Sin embargo, tan inmersos como nos encontramos en nuestra forma de vida tanto a nivel personal, como en la sociedad a la que pertenecemos e incluso en lo que refiere a la dinámica mundial parece difícil advertir que efectivamente la revolución esta sucediendo y ha pasado hasta cierto punto inadvertida precisamente porque se introdujo de manera paulatina y sutil justamente en el punto preciso: la vida cotidiana, lo triste es que desafortunadamente no nos ha llevado a donde esperábamos; si bien es el instinto de supervivencia mismo el que nos hace cuestionarnos todo lo que estamos haciendo por sobrevivir es difícil por lo entrañada que esta la revolución en nosotros poder llevar de la imaginación a la práctica todos esos cambios que a muchos se nos podrían ocurrir.

En este sentido es conveniente primero que nada mantener la calma, pues ante el panorama que sin duda es tanto estremecedor como triste en varios de sus aspectos y aún prometedor en muchos otros, entrar en  distintos tipos de crisis es muy sencillo: dejarnos llevar por la terrible sensación de que no hay nada que hacer ante esta realidad que se nos plantea injusta, inabarcable e inminentemente catastrófica no es definitivamente una de las alternativas más saludables así como tampoco lo es el que nos la pasemos en constante lucha o que simplemente nos unamos al cause de las situaciones, bajemos la cabeza y nos hemos refugiemos en las pantallas tomando estas como un metáfora  de la vía de acceso al mundo digital.

Grandes problemas

En todo este caos que sin duda la era digital ha planteado en el mundo uno de los problemas que identifico como cruciales es la ignorancia. El devenir actual de la era digital fue causado principalmente por las computadoras y el internet que desde el principio han sido herramientas que solamente un número hasta cierto punto reducido de personas, en comparación al gran número que las usamos, saben de bien a bien cómo funcionan y el gran potencial que contienen. Definitivamente aquellos quienes entienden el funcionamiento de la máquina y saben aprovecharla en su máxima amplitud son los que indudablemente tienen un poder, que conforme más no convertimos a lo digital, aumenta.

Aquí otro punto delicado, todas las herramientas creadas por el ser humano pueden ser consideradas hasta cierto punto nobles y probablemente la mayoría han sido creadas en su origen con una buena intención; sin embargo, como también pasa con todo lo que toca el hombre, las virtudes de las herramientas se pueden convertir en vicios. En el caso del internet por ejemplo su principal bondad y peculiaridad, que no había tenido ningún otro medio, es la posibilidad de crear en conjunto, característica que a su vez lo ha denigrado.

En general, lo digital tiene, entre otras características, una capacidad de trasformación sorprendente, tanto por el lado de que los contenidos se actualizan con una rapidez inmediata (algo que jamás había pasado antes en la historia) como por la parte de que nos permite por ejemplo corregir el error (que culturalmente siempre nos hemos empeñado en tatar borrar) de forma que  todo aquello que se digitalice puede tornarse hacia lo manipulable y lo tramposo, puede hacer pasar la mentira por verdadera, así como puede generar necesidades y degenerar capacidades, el análisis y la reflexión por ejemplo.

Lo que nos lleva al hecho determinante de que lo digital ha potencializado muchas de las características de las cuales suele abusar cualquier tipo de poder (institución, empresa o persona) y en pos de eso se ha preparado el terreno para dirigir a la sociedad mundial hacia fines específicos, he aquí la corrupción de sus virtudes.

Me parece que no esta de más hacer evidente que desde que el principio no hubo una actitud de responsabilidad y respeto en cuanto a lo digital se refiere y por supuesto sigue sin haberlo, pues los beneficios que deja la ignorancia son mayores para las grandes empresas y gobiernos que de una u otra forma han logrado apoderase de las plataformas, los medios, los dispositivos, los datos y las señales digitales; pues si bien para aquellos que saben moverse en ese mundo es un lugar seguro y rentable, la mayoría de los que de una u otra forma lo habitamos nos encontramos en constante vulnerabilidad hecho que implica nuestra información, identidad y en varios casos nuestra vida. Uno ya no sabe a lo que accede, en términos de ceder y de entrar, cuando se introduce en el mundo digital.

Por otro lado los medios digitales (por no culpar directamente a quienes los controlan) nos exigen vivir de manera distinta, es claro que éstos se comportan de ciertas formas y tiene ciertas características que responden en función de lo que se quiere obtener, el problema es que nosotros hemos cedido el control por no poder tener un poco de autocontrol y responsabilidad.  Hemos cedido a las tecnologías en mucho por comodidad y por disminuir las “molestias” de la vida cotidiana, aunque ya no sabemos si hemos desarrollado una tendencia a la conformidad y a buscar todo el tiempo la comodidad por causa de las tecnologías o las tecnologías efectivamente vinieron a ayudarnos, o bien planteado desde otro punto de vista, ¿Nosotros controlamos de los medios digitales o ellos nos controlan a nosotros? muy probablemente con forme siga pasando el tiempo esta distinción se hará cada vez más borrosa.

Lo cierto es que sí hay un punto histórico concreto a partir del cual se empiezan a implantar un montón de necesidades de las cuales se van a generar muchos hábitos y reacciones, ese momento fue cuando se adoptó el sistema capitalista en la mayoría de los países del mundo y posteriormente el sistema neoliberal aunado al fenómeno de la globalización. En gran medida han sido estos sistemas y sus políticas lo que han configurado el mundo de forma que el desarrollo de lo digital así como su fuerte penetración en la vida cotidiana ha sido posible, no es sorprendente: los medios siempre han sido un reflejo de la cultura o del contexto en el que surgen y por lo tanto posea características de éste.

Ahora, volviendo a la falta de autocontrol, ésta es una de las principales actitudes del ser humano que nos han traído hasta donde estamos y no es difícil identificar a lo largo de la historia momentos en que por esto se han desatado, literalmente, guerras mundiales; de forma que esta deficiencia sigue siendo hoy en día unos de los principales factores de crisis.

El poder insaciable de las personas que pretenden o dominan el mundo provoca un serie de toma de decisiones a favor de su propia persona que creo que para todos es claro hasta qué  punto nos afectan, pero si nos detenemos a reflexionarlo un poco más podemos llegar a darnos cuenta de que la dinámica mundial gira en torno a esto; pero así como las repercusiones de los caprichos de estos personajes nos afectan directa o periféricamente, nuestra respuesta (también egocentrista) a las distintas prácticas que se han implantado, ha hecho que propaguemos por nuestra parte otra serie de actitudes nocivas de tipo: no me pretendo esforzar entonces prefiero sacrificar toda mi información con tal de no parar de estar en contacto, o voy a cambiar de celular o computadora cada que Apple diga que sus productos tienen un “toque de genialidad”, o que  “la tecnología debe ser accesible para todo el mundo”, o porque “(…) sin esfuerzo y como por arte de magia”, o mejor aún porque “viene con increíbles apps integradas para las cosas que haces todos los días” y porque “sólo piensa en lo que te gustaría hacer, y seguro habrá una app que te ayudará a hacerlo”* etcétera, etcétera. 
*frases tomadas directamente de la página de Apple México

Este comportamiento compulsivo es muestra de que no solemos tomar precauciones ni consideraciones ante las novedades en general,  no nos detenemos a pensar que siempre hay una trampa en todo lo que es “más amigable para el usuario” pues implica a fin de cuentas seguir promoviendo la ignorancia  por medio de un producto bien digerido, planeado, construido y estructurado de forma que efectivamente sea amigable para el usuario quien no tiene ni la más remota idea de cómo funciona más allá de que sabe cómo meterle música o iniciar sesión en cualquier red social; de modo que con más de un comportamiento cotidiano seguimos contribuyendo con todo aquello que a la larga nos ha ido volviendo más dependientes y por lo tanto susceptibles y vulnerables.

Si bien la tecnología y lo digital han sido en gran medida aliados de estas dinámicas de poder poco sanas es claro que esto también tiene el potencial  ser  una arma para combatir en la misma catástrofe digital en la que nos hemos metido puesto que sigue presentándonos por medio de una serie de interesantes propuestas como las que menciona Fred Ritchin a lo largo de su libro “Después de la fotografía” la oportunidad de que todavía podemos reinventarnos como lo hemos estado haciendo (aunque en el sentido incorrecto) durante este tiempo de revolución invisible.

Es necesario aprovechar el desarrollo (los medios y lo digital) en favor de la comprensión y mejoramiento de la actualidad, “intervenir en su evolución” (Fred Ritchin) y pugnar por la reconstitución sana de la sociedad.  En este sentido la fotografía que ha sido el medio en el cual se ha puesto en mayor evidencia la fragilidad de la realidad en la que vivimos puede convertirse en una herramienta que permita encontrar nuevas formas de entendimiento.  Si bien lo digital ya es tan inmenso como también lo es la web 2.0 y de solo pensar en ello advierto una sensación de que difícil será la tarea de reivindicación es posible llegar a la reconstrucción por medio del conocimiento.

Si pretendemos conservar algo de lo análogo que alguna vez nos conformó debemos tratar de mantener la mayor compostura que podamos frente a lo digital y con esto no implico que deberíamos intentar resistirnos a rumbo que lleva la vida (o que deberíamos tratar de vivir sin dinero en un mundo capitalista por ejemplo), ni a esa revolución, pero sí hay que hacer una reconsideración del valor que le asignamos a cada cosa; importante es también hacer consciencia de los trastornos que ha traído consigo el cambio de paradigma, así como el no olvidarnos del uso práctico de los sentidos y de lo rico que es experimentarlos en toda su amplitud; finalmente vuelvo a insistir en que la reflexión constante del tipo que se produce cuando tomamos una fotografía con cámara análoga es vital.

Bibliografía:
"Después de la fotgrafía", Fred Ritchin


María Vázquez

sábado, 5 de noviembre de 2016

Proyecto fotográfico 2016


Siempre me ha llamado mucho la atención la historia del S.XX, me causa particular curiosidad por ejemplo el cambio que le ha tocado vivir a la gente que nació  1940 o 1950 por decir algo, pues ubico que a ellos les toco vivir en una época digamos "análoga" y precisamente hoy experimentan el cambio a la era de lo digital; apenas en los años 20´s la ciencia ficción nacía oficialmente como género literario, hoy tan  sólo 96 años más tarde ¡Cuántas cosas que no se imaginaban se han sobre pasado! si bien no literalmente (gente viviendo en las alturas en una especie de platilos voladores, carros que igualmente se mueven por el espacio y ayudantes robotizadas como en los Supersónicos) los cambios que han habido en el último siglo han sido tanto rápidos como radicales (sobre todo por una cuestión de que el cambio ha sucedido demasiado rápido).

Todo esto ha dejado atrás una serie de costumbres, habitos, modas, transportes y lugares, entre otras muchas cosas, y nos ha traido también otras quizá menos felices. El cine, por ejemplo, antes del Tratado de Libre Comercio era "para todos", cualquiera por apenas unos pesos, podía ir a ver una película cualquier día de la semana a prácticamente cualquier hora pues en cada colonia había más de un cine, hoy un boleto cuesta arriba de $80 y los cines estan distribuidos a lo largo de la ciudad en zonas digamos.... más rentables. 
El fenómeno de lo que paso con los cines es tan sólo un ejemplo y  quizá es de las cosas que más echan de menos algúnas personas, pero ¿qué decir por ejemplo de los balnearios? ¿a quién no le gustaría tener un su colonia un lugar para poder ir a nadar y divertirse un rato sin necesidad de tener que enfrascarse en el agobiante tráfico de la salida a Cuernavaca por ejemplo? Al menos a mi me gustaría y sin embargo, este y otro tipo de lugares como deportivos, baños públicos, parques, salones de baile, cantinas, librerías, arenas e incluso algunos medios de trasporte como el trolebus, son cada vez menos usados y procurados.

Dada mi nostalgia al escuchar las historias que se cuentan sobre cómo la colonia Pantitlan y en general la cuidad era efectivamente era un buen lugar para vivir, aunada al hecho de que muchas veces imagino que quizá si hubiera vivido en otra época la hubiera pasado mejor y a que por lo general estoy pensando en que debería andar por ahí caminando y viendo, pienso hacer una serie de fotografías de aquellos espacios que alguna vez tuvieron un especial esplendor entre la clase media en la ciudad de méxico y que hoy, o bien son poco ha poco frecuentados,  están en un proceso de callada decadencia o de plano han caido en el olvido. 

Prentendo poner especial altención a la luz y el color, en este sentido me interesa visitar estos lugares tanto al amanecer como al atardecer, horas en que la luz tiene ciertas patricularidades gracias a las cuales los colores se aprecian de otra forma, también me gustaría puntualizar en las texturas con el objetivo general de captar la atmósfera de estos lugares y de esta forma hacer énfasis en los vacíos que deja el paso del tiempo.
Dado que otra cuestión que me interesa es "la presencia y la no presencia" en el sentido de que hay espacios que están vacios pero que guardan la sensación de que algo permaneció,  pienso jugar con la velocidad de obturación de forma que las personas que se cuelen en la foto sean el reflejo del vaivén de la gente en aquellos espacios.  En general pienso darle un tratamiento poético a mi proyecto y me parece que se inscribe dentro del género de ensayo fotográfico con tendencias al paisaje y a la fotografía abstracta.

Algunos datos importantes:
Mientras buscaba algún fotógrafo que me pudiera servir de inspiración y referencia encontré que Febrero de este año se presentó en el Museo de la Ciudad de México la exposición "La cuidad: Porvenir y decadencia" de la cual estoy tomando algunas referencias sobre todo en cuanto a tratamiento de luz y color.
Por acá más información, opiniones, imágenes, etc. sobre la exhibición:
  • http://data.cultura.cdmx.gob.mx/index.php/sala-de-prensa/boletines/7903-113-16 
  • http://www.revistamilmesetas.com/sobre-la-muestra-fotografica-%E2%80%9Cciudad-porvenir-y-decadencia%E2%80%9D
  • http://www.ostkreuz.de/en/projects
  • http://www.photography-now.com/exhibition/91053 
  • http://www.dawinmeckel.de/portfolio/projects/downtown-detroit/#17


Eddystone Hotel|DownTown Detroit.
Dawin Meckel

Larry|DownTown Detroit.
Dawin Meckel

Andrej Krementschouk
from the series: Chernobyl - Zone II..., 2008–2011

Andrej Krementschouk
from the series: Chernobyl - Zone II..., 2008–2011 



miércoles, 2 de noviembre de 2016

En el camino, la fotografía de paisaje


 En el camino, la fotografía de paisaje



“If the world is unfair or beyond our understanding, sublime places suggest it is not surprising things should be thus. We are the playthings of the forces that laid out the oceans and chiselled the mountains. Sublime places acknowledge limitations that we might otherwise encounter with anxiety or anger in the ordinary flow of events. It is not just nature that defies us. Human life is as overwhelming, but it is the vast spaces of nature that perhaps provide us with the finest, the most respectful reminder of all that exceeds us. If we spend time with them, they may help us to accept more graciously the great unfathomable events that molest our lives and will inevitably return us to dust.”
Alain de Botton. The Art of Travel. London: Penguin, 2002, p.178 – 179.

¿Será que por influencia de fotógrafos como William Henry Jackson, Timothy O´Sullivan y Carleton Watkins asumí que la fotografía de paisaje estaba inherentemente ligada al viaje o será que efectivamente esto es cierto?

Pasan los días, cada vez que salimos de nuestras casas emprendemos un viaje, a veces estos se vuelven tan cotidianos que ya no los notamos, solemos creer que “salir de viaje”  implica alejarnos lo más que se pueda de nuestras casas o de los lugares por los que solemos transitar cuando en realidad el viaje es en gran medida más lo que sucede dentro de nosotros mismos que afuera, pues lo que importa en un viaje es tanto más el camino como la consciencia.

Conforme andamos, ya sea en la ciudad, en el bosque, en la playa o en donde sea, frente a nosotros se despliegan contantemente una serie paisajes, que si no estamos disponibles, nos parecen comunes y en los que muchas veces ni siquiera nos fijamos a menos que algo súbito: un color peculiar en el cielo o un reflejo de brillos en algún edificio nos saque de nuestro camino cotidiano, entonces sí, nos detenemos. Es ahí cuando el paisaje se vuelve notable y en donde también sucede el viaje.

La fotografía de paisaje como ya se mencionaba es una pausa en el camino, los distintos momentos en los que nos detenemos a fotografiar un paisaje son en sí momentos de reflexión dentro del viaje. Luego cada uno de estos momentos es una especie de catarsis,  pues cuando el fotógrafo se detiene hay un encuentro con lo sublime, se esta enfrentando a algo grande tanto en términos de tamaño o espacio como en términos de lo espiritual, el paisaje se presenta inabarcable de primera impresión y por eso nos emociona.

Es entonces reto e inspiración porque es inamovible, lo que se despliega ante nosotros es único en sus distintas cualidades: luz, textura, forma, color, disposición, atmósfera etc. Esta particularidad de quietud, así como la pausa y la contemplación a la que nos induce el paisaje hace que innegablemente el fotógrafo se relacione de forma distinta tanto con su sujeto fotográfico, como consigo mismo e incluso con el quehacer fotográfico en sí cuando hace fotografía de paisaje a diferencia de cuando toma cualquier otro tipo de fotografía, pues la exeriencia de fotografiar un paisaje es apacible y profunda.

De esta forma el fotógrafo debe tomar aquello tal cual le es dado y transformarlo, debe observar lo que compone el paisaje: desde unas huellas en la arena hasta un edificio y trazar con ello, con los elementos que le son dados naturalmente, un camino único por el cual acceder; el paisaje debe volverse abarcable dentro de su misma inmensidad mediante la fotografía, para que de esta forma podamos adentrarnos y habitar como lo hace él en ese momento y para que después se nos vuelva igualmente entrañable.  Es así como cuando vemos una fotografía de algún paisaje quisieramos, más que estar en ese justo lugar, añoramos ese momento de silencio, de reflexión callada y de suave contemplación, queremos sentir eso justamente, queremos volver a ese lugar al que nos lleva  el simple hecho de mirar  a lo lejos. 

El hecho de fotografiar un paisaje es la forma de admitir y atesorar ese momento en el que una experiencia se enraizó en nuestra memoria y la fotografía misma es la recompensa que da el viaje pues ésta es el hogar de nuestras experiencias, el lugar al que van nuestros recuerdos y “el hogar es ese lugar al que volvemos entre viajes. Existe por una razón que solo los viajeros entienden claramente.” (N.C.)


María Vázquez

Rievaulx Abbey.  Roger Fenton.

Pyramid and Domes, Pyramid Lake, Nevada.  Timothy O´Sullivan.

16th St form Larimer St. William Henry Jackson.

Summer night, Longmont. Robert Adams.

Red interior. Joel Meyerowitz.

The Yosemite Valley. Carleton Watkins.

Longmont, Coloraado. Robert Adams.